lunes, 19 de noviembre de 2012

Camboya - Phnom Penh, capital del país

                                         Oficialmente denominado Reino de Camboya, este país de 15 millones de habitantes, con la mayoría (90%) de la etnia de los jemeres, está situado en la parte sur de la Península Indochina, en el sureste del continente asiático. Tiene fronteras con Tailandia, Laos y Vietnam, y su geografía está dominada por uno de los ríos más grandes del continente, el Mekong, que es una fuente importante de pesca, además de ser una muy importante vía para el tráfico de mercancías y pasajeros. 

río Mekong - imprtante vía de trafico...
                                        
...e importante fuente de pesca

                                          La capital del país es la ciudad de Phnom Penh, protagonista de este post. Conocida antaño como la “Perla de Asia”, fue considerada como la ciudad más bella de Indochina, construida por los franceses que por entonces tenían una enorme influencia en esta parte del mundo. Ubicada a orillas del rio Mekong en la parte sur del país, su población sobrepasa los 2,2 millones de habitantes y es la ciudad más grande, la más poblada y la más rica. Su carácter colonial, que todavía perdura en muchos lugares, es consecuencia de que el país fue protectorado francés desde el año 1863. Camboya declaró su independencia en 1953. Posteriormente se vio involucrada en la guerra de Vietnam y cayó, bajo el genocida régimen comunista de los jemeres rojos y el sanguinario dictador Pol Pot, en 1975. La barbarie del régimen duró 4 años durante los cuales el régimen exterminó al 25% de la población del país. La magnitud y la crueldad de aquello se pueden contemplar en el Museo del Genocidio “Tuol Sleng S21”, un edificio que anteriormente fue escuela secundaria y que fue transformado en prisión, lugar de tortura y exterminación, por uno de los regímenes más terroríficos en la historia de la humanidad. La verdad es que la visita es muy dura, sobrecogedora, pero a su vez hace reflexionar sobre la condición humana y en este caso sobre su la absoluta falta de escrúpulos y sobre el desprecio total de la vida humana, todo en nombre de una ideología enfermiza que solamente las mentes más retorcidas pueden inventar. 


este edificio de la escuela secundaria escondía la terrorífica prisión Tuol Sleng S21

estremecedor reglamento de la prisión

tal era el terror de los prisioneros que las celdas no necesitaban ni puertas, ni techo

la sala de las torturas - la cama metálica estaba conectada a la corriente eléctrica

                                            Camboya es para los turistas una auténtica delicia y una experiencia totalmente diferente de lo generalmente conocido. Los camboyanos son muy simpáticos y abiertos, se muestran orgullosos de su historia, sus raíces y su cultura. Basta con adentrarse en la zona de Siem Reap (ver post aquí). La capital, a primera vista, parece muy caótica, pero al poco tiempo nos damos cuenta de que, de alguna manera, las cosas funcionan. El bullicio en las calles es constante y el comercio está por todas partes. Absolutamente todos hacen algo. Compran, venden, reparan, limpian, arreglan: todo es un ir y venir constante. Las motocicletas son el principal medio de comunicación ya que el transporte público urbano es inexistente. Todo el mundo se mueve en taxis, motos, “tuk-tuk”, minibuses o en ferrys y barcos por el rio Mekong. 


Phnom Penh,  una ciudad muy bulliciosa

ahí todo es negocio

las motos y los tuk - tuk son el medio de transporte mas popular

una carnicería a pie de calle

por si había dudas cual es el medio de transporte preferido de los camboyanos

                                           Hay una gran cantidad de gente, en su mayoría de origen vietnamita, que vive en pequeños barcos-canoas sobre el rio. Las principales atracciones de la ciudad son: el Palacio Real con la Pagoda de Plata, el Templo del Buda Esmeralda, el Museo Nacional, el templo Wat Phnom ubicado en una colina y con unas vistas muy bonitas, el Monumento de la Independencia, el enorme y colorido mercado con miles de puestos, Pshar Thom Thmei - mercado de artesanía… También hay que ver el precioso hotel Le Royal de la época del esplendor colonial, de estilo francés, dar un paseo en barco por el rio Mekong y, por supuesto, visitar una de las zonas más bonitas de la ciudad: Sisowath Quay. La última es un bulevar a lo largo del rio con numerosos bares, restaurantes y lugares de ocio. Aquí todavía se pueden encontrar decadentes ciudadanos europeos (expatriotas), igualitos que en las películas de los años 50 y 60. 


numerosas familias viven sobre estas barcas en el río Mekong

la mayoría son de origen vietnamita

comparando con otras, esto es un autentico chalet

comisaría de policía

Palacio Real

son varios edificios

como se puede observar la mayoría de las estancias tiene las paredes abiertas

Museo Nacional

mercado de artesanía

la parte de restauración en el Mercado Central

no sé cómo, pero las cosas funcionan

Sisowath Quay

                                           Hay que tener un poco de cuidado en aquella zona ya que es muy frecuentada por ladronzuelos, mayoritariamente menores de edad que están a la espera de un descuido. La ciudad no es cara para nuestros bolsillos, no obstante hay que regatear casi en todos sitios porque, como suele pasar en estos destinos, intentan aprovecharse de los turistas. También hay que tener en cuenta que para cambiar dinero se deberían llevar billetes lo menos gastados posible, ya que cualquier pequeño desperfecto o marca en los mismos les hace prácticamente imposible de cambiar. Si son billetes en dólares americanos (que son la preferencia) hay que fijarse en no llevar ninguno anterior al año 2004. Los anteriores directamente no los cambian. Dos o tres días son suficientes para conocer la ciudad y ver lo mejor de la misma. Dejo algunas imágenes de Phnom Penh que es merecedora de una visita además de ser punto obligado de llegada para visitar el resto del país.
Resumiendo: Una ciudad diferente, llena de vida, que intenta lentamente y lo consigue, levantarse tras años de guerra y opresión. Gente amable, servicial, con algunas carencias comprensibles en los servicios, pero que con un poco de voluntad se sobrelleva sin mayor problema. No es cara, las compras son bastante buenas, sobre todo artesanía local y las omnipresentes en Asia, copias de las mejores marcas mundiales de todo tipo de artículos. Es un lugar bastante seguro (cuidado con los ladrones y tironeros hay que tener en cualquier parte del mundo…). Una interesantísima ciudad.


P.D.
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