La capital
de Austria es una de las más antiguas de Europa. Los primeros asentamientos, de
origen celta, datan ca.500 a.C. Desde el
siglo XV y hasta las guerras napoleónicas, fue la capital del Sacro Imperio
Romano Germánico al ser la residencia de los Habsburgo. En el año 1237 fue rodeada
por murallas defensivas que perduraron 620 años y aún hoy existirían, de no ser
porque fueron derruidas por orden del emperador Francisco José. En diciembre de
1857 anunció con estas palabras “Es mi deseo…” el comienzo de una “nueva
Viena”. Una nueva Viena moderna, cosmopolita, visionaria, con la clase media
integrada en la vida social, política y económica, merecedora de ser la capital
del imperio Austro-Húngaro y de ser de las 3 ciudades más importantes de Europa.
Aquellos eran años dorados de Viena. Lo que seguía no fue una mera demolición
de las antiguas murallas y viejas casas. Aquello fue un extraordinario
planteamiento de desarrollo urbano, único en su tiempo. Después de 50 años de
construcción, el resultado podemos
calificarlo de magnifico. Un majestuoso boulevard de más de 5 km. de longitud
sin igual en el mundo hasta hoy. A ambos lados de la Ringstrasse (su nombre en
alemán), con sus 57 metros de anchura, se construyeron numerosos y grandes edificios
imperiales: universidad, museos, ayuntamiento, bolsa, teatros, correos,
parques, monumentos, esculturas, un largo etc.
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Plaza de María Teresa con los museos de Historia del Arte y de Historia Natural |
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monumento a la Emperatriz María Teresa |
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detalle del pasamanos a la entrada al Parlamento |
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Viena esta llena de preciosos detalles |
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Parlamento de Austria |
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una de las calles de la ciudad con su estilo neoclásico |
La visión del emperador
Francisco José sobrepasaba su tiempo, al igual que su ritmo de trabajo; 16
horas diarias dedicaba a sus tareas, además si alguien le decía que trabaja
mucho, él contestaba que era el primer funcionario del imperio y tenía que dar
ejemplo (¡ay los emperadores de hoy!…). Además de este compromiso, también se
mostraba muy accesible a la población ya que 2 días a la semana concedía
audiencias. A estas podían acceder todos sin excepción; hasta el paisano más
humilde podía expresarle sus quejas, gratitudes o sugerencias. El boulevard cumplía
numerosas funciones y continúa haciéndolo hasta hoy. Es una de las más
importantes arterias de tráfico de la ciudad, es un paseo, lugar de encuentros,
desfiles, compras y testigo de numerosos acontecimientos históricos. En el año
2015 se celebrará el 150 aniversario de la apertura del Ringstrasse con
numerosos eventos y exposiciones para marcar la grandeza y la importancia del
proyecto. Para conocer Viena razonablemente se necesita varios días ya que la
oferta es tremenda. Un simple paseo a lo largo del Ringstrasse con un descanso
en algunas de las magnificas cafeterías vienesas nos llevará 1 día. Esto para empezar. Y si queremos adentrarnos
en los museos, los palacios, las exposiciones, las iglesias, los parques, paseo
por el Danubio, parque Prater, etc. y esto sin mencionar las tiendas y las
compras, necesitaremos al menos 5 días. Para agilizar un poco los
desplazamientos, aunque yo recomiendo “patear las calles todo lo posible”, lo
recomendable es adquirir un Vienna Card o Die Wien-Karte. Es una tarjeta que
cuesta 20€ y permite, durante 72 horas a partir del primer uso en el transporte
público, desplazarse por todos los medios del mismo, ya sea metro, tranvía u
autobús, y sin límite. Además la tarjeta tiene unos interesantes descuentos
para museos y exposiciones, así como descuentos en numerosas tiendas y
cafeterías. Armados con esta tarjeta podemos empezar a visitar la ciudad, aunque
lo malo es saber por dónde. Hay tanto para ver que no se sabe qué elegir. Creo
que lo más razonable es empezar por lo más alejado del centro – la residencia
veraniega de los emperadores, el famoso Palacio Schönbrunn.
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Palacio de Schönbrunn - vista desde la Glorieta |
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Palacio de Schönbrunn - entrada principal |
Lo que comenzó en
el año 1559 como un pequeño palacete de caza construido por el emperador
Maximiliano II, terminó como una espléndida residencia veraniega imperial de
mano de la emperatriz Maria Teresa. Los interiores, decorados con una sutileza inusual,
con exquisito gusto, con unos bordados y dibujos hechos por la misma familia
real, maderas nobles de todos los lugares del mundo, cerámica, lacados chinos y
japoneses, todo está perfectamente dispuesto y cuidadosamente elegido. Llama la
atención la sobriedad de los aposentos del emperador Francisco José y la
pomposidad, pero con buen sabor, de su esposa la emperatriz Isabel más conocida
bajo nombre de Sisi.
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austero dormitorio del emperador Francisco José |
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dormitorio de la emperatriz Sisi |
Además del palacio, el complejo de Schönbrunn alberga un
jardín zoológico, jardines, una glorieta con terraza y magníficas vistas, museo
del carruaje, panadería donde se pueden probar sus productos y un museo para
los niños. En el complejo se puede pasar fácilmente más de medio día.
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fuente del Neptuno y la Glorieta - complejo de Schönbrunn |
Otro de
los puntos obligatorios es el Palacio Imperial Hofburg. En el centro de la
ciudad este enorme complejo palaciego alberga los apartamentos imperiales, el museo
de Sisi con multitud de sus objetos personales, incluida la lima con la que fue
asesinada y la Cámara del Tesoro. Desde el palacio de Hofburg, prácticamente a
cada paso, encontraremos multitud de museos y monumentos de gran interés: el Museo
de Historia del Arte, de Historia Natural, un extraordinario mariposario, Albertina,
el famoso museo donde están expuestas 21 habitaciones de los Habsburgo
cuidadosamente restauradas, con auténticos muebles y objetos de la época además
de exhibiciones permanentes de las mejores obras de pintura del mundo y la
barroca biblioteca universal de los Habsburgo y su Prunksaal, con cientos de
miles de volúmenes de gran valor y con unos frescos y decoraciones que deja a
uno boquiabierto.
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entrada principal al palacio Hofburg |
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biblioteca Universal |
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Prunksaal |
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impresionante fresco en el techo de la biblioteca |
La mundialmente famosa Escuela Española de Equitación esta
también allí. Muy cerca de la entrada principal al palacio, en la plaza Nueuen
Markt se encuentra una pequeña Iglesia de los Capuchinos que en sus bajos
alberga la increíble Cripta Imperial: 142 miembros de la realeza y la aristocracia
descansan en unos sarcófagos que son impresionantes obras de arte. Es una de
las visitas que no hay que perderse.
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Cripta Imperial en la Iglesia de los Capuchinos |
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sarcófago de la emperatriz Maria Teresa y su marido Francisco I |
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Sarcófagos del emperador Francisco Jose, su esposa Sisi (izqda.) y su hijo archiduque Rodolfo (dcha.) |
La majestuosa catedral gótica de San
Esteban salta sola a la vista y su torre es un referente para orientarse. El
interior, de una extraordinaria belleza. Belvedere – la residencia del
fabulosamente rico Príncipe de Saboya, uno de los mejores ejemplos de la
arquitectura barroca en Europa con sus jardines, museo del Papiro y museo del
Globo Terráqueo, Mumok – museo del arte moderno, barroca Iglesia de San Carlos
Borromeo, donde se puede llegar con el ascensor hasta la misma cúpula por
dentro y maravillarse de cerca con sus increíbles frescos, la casa de Mozart,
de Haydn y un sinfín de lugares de interés que están esperando para disfrutar
de ellos.
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La Catedral de San Esteban |
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interior de la catedral |
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iglesia barroca de San Carlos Borromeo |
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uno de los frescos de la iglesia de S.Carlos Borromeo |
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interior de la iglesia de S. Carlos Borromeo |
Hundertwasserhaus – una construcción del famoso arquitecto del mismo
nombre, con solo 30 años de antigüedad, ya se ha convertido en uno de los
iconos de la ciudad. Cientos de miles de visitantes contemplan una arquitectura
creativa que no se adapta a las normas convencionales. Colorido, uso del
espacio, la luz y las plantas hacen de este lugar una autentica delicia para
los ojos.
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Hundertwasserhaus |
Y todavía nos queda el parque del Prater con su enorme noria
construida para la Expo Universal a finales del siglo XIX, la Torre del Danubio
desde la cual podemos contemplar la ciudad entera, sin olvidar el magnífico
Ayuntamiento de Viena que es de los más bonitos del mundo…en fin la oferta es
interminable. Les recomiendo visitar todo esto también por la noche, ya que la
iluminación de todos los monumentos y edificios históricos es digna de verse.
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Ayuntamiemto de Viena - en invierno, frente a la entrada, montan unas grandes pistas de hielo |
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detalle del edificio del ayuntamiento |
La
ciudad es muy fácil para moverse por ella, ya sea andando o utilizando
transporte público, preferentemente metro y tranvía que son muy fáciles de
manejar. La limpieza salta a primera vista, igual que la educación de los
vieneses. Casi todos hablan un buen ingles y es fácil comunicarse con ellos.
Viena es una ciudad elegante, muy elegante y lo mismo pasa con sus habitantes.
Basta ver cómo van vestidos para ver una obra de teatro – es un acontecimiento.
Y si mencionamos la mundialmente famosa Opera de Viena, la elegancia resalta
por los cuatro costados.
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Opera de Viena |
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teatro Hofburgtheater |
Lo mismo se puede decir de las tiendas, sobre todo en
el centro de la ciudad. La calle Kohlmarkt
está en su totalidad ocupada por las mejores marcas del mundo, tanto de vestimenta
como de joyería, relojería, perfumería, alta costura etc. lo mismo que la calle
Graben. La Kärntner Strasse es la más comercial y la que tiene más bullicio.
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calle Kohlmart |
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calle Graben |
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las calles están muy animadas, incluso por la noche |
A
cada paso se puede encontrar cafeterías, restaurantes y puestos de venta de las
famosas bratwurst de toda clase que, además de ser de muy buena calidad y muy
sabrosas, son especialmente grandes y nada caras. Con un perrito caliente de
una bratwurst hemos comido y algunos hasta habrán cenado. No se puede salir de Viena
sin probar el café vienes y el famoso apfelstrudel – una tarta de manzana en hojaldre
que es simplemente…imperial.
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vista desde la terraza de la Albertina |
Los vieneses son unos enamorados de la música,
claro que con Mozart, los Strauss, Haydn y la compañía, esta afición es entendible.
Igualmente que la afición al baile, sobre todo clásico y ante todo el vals. Hay
numerosas salas de baile y salas de concierto donde uno puede disfrutar de la
música de los genios austriacos. A los que les guste la bicicleta, en esta
ciudad están de enhorabuena, pues está estupendamente preparada para su uso,
siendo números y muy extensos los carriles para tal fin.
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monumento a Mozart |
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monumento a Johann Strauss |
Resumiendo: una de las ciudades de obligada visita,
además por varios días. Seguridad absoluta, limpieza, buena comida y una
increíble cantidad de monumentos, lugares de interés y de ocio, hacen de Viena
una autentica delicia. Con una apasionante historia, impresionante arquitectura
y el inigualable Ringstrasse, encantará a cualquiera que le guste viajar,
independientemente de la edad. Vibrante, abierta, cosmopolita y muy, muy
elegante. De lo mejor de Europa.
P.D.
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