Esta vez quiero compartir con vosotros un destino que por
el momento no es recomendable para visitar por la complicada situación interna
que atraviesa. Es una pena, porque Siria, que es el destino que nos ocupa en
este post merece la pena ser visitada. Tiene mucho que ofrecer, sobre todo para
aficionados a la historia. Prácticamente todo el país está salpicado por toda
clase de monumentos, castillos, palacios, mezquitas y fortalezas, algunos de
ellos con cerca de 5.000 años de antigüedad y otros pertenecientes al imperio
romano y la época de los cruzados. Además muchos se conservan muy bien.
En la mayoría de los casos la llegada se produce a través de Damasco,
capital de Siria, que es la ciudad continuadamente habitada más antigua del
mundo. Casi 5 millones de personas viven en la ciudad de los cuales un 75% son
musulmanes, un 15% cristianos y el resto se subdivide entre musulmanes alauíes, drusos y chiíes. La
parte más interesante es La Ciudad Antigua de Damasco, declarada Patrimonio de
la Humanidad. En primer lugar, destaca la Mezquita de los Omeyas, construida en el
siglo VIII, uno de los lugares santos del Islam. El
inmenso patio de 122 metros de largo, tapizado de lozas que pertenecieron a un
monumento romano, ofrece varias decoraciones exquisitas. Entre ellas, la del
tesoro, una construcción que se yergue sobre columnas y que se utilizaba para
almacenar el oro del Estado. La ciudad vieja está sembrada de mezquitas, en
todo Damasco hay cerca de 700, de muy diversas épocas. Por supuesto que no se
puede dejar de visitar el zoco cubierto “Midhat Pasha”, uno de los más importantes
de los países árabes. La calle Bab Sharqi, llena de pequeñas tiendas, conduce
al viejo barrio cristiano de Bab Tuma donde se encuentra la Casa de Ananías,
una capilla subterránea que fue en tiempos una bodega. Es aconsejable subir a
las colinas que rodean la ciudad, particularmente al atardecer, para disfrutar
de unas preciosas vistas.
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La Gran Mezquita de los Omeyas |
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interior de la mezquita - zona para mujeres |
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a primera vista parece que a los sirios les gusta estar bien informados |
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el zoco de Damasco es de los mas grandes del mundo |
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capilla en la Casa de Ananías |
La ciudad de Bosra es otro de los lugares de visita
obligada. Se localiza al sur del país a unos 150 kilómetros de Damasco. En el año
106 se convirtió en la capital de la provincia romana de Arabia Pétrea, creada
por Trajano. Destacan su teatro, los baños, y la ciudad en sí, construida con
basalto. Su estado de conservación es magnífico y ocupa un área bastante
extensa. Lo sorprendente es que el yacimiento arqueológico está habitado y es
común ver la colada tendida entre las columnas romanas.
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ruinas de Bosra |
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anfiteatro en perfecto estado de conservación
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las ruinas romanas siguien habitadas |
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Shahba - los famosos
mosaicos de Philippopolis.
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auténticas maravillas |
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Alepo es la segunda
ciudad más grande de Siria con más de 4 millones de habitantes. Situada cerca
de la frontera con Turquía posee varios lugares de interés. El castillo de Alepo,
La Gran Mezquita, un enorme zoco, la ciudadela, el bario cristiano, los baños
Yalgamma. La ciudad es también reconocida por sus joyeros artesanos que
producen unas preciosas piezas tanto en
oro como en la plata.
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la ciudad de Alepo |
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El Castillo de Alepo domina la ciudad |
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La Gran Mezaquita de Alepo
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rezando en la mezquita |
Desde Bosra, atravesando una
zona desértica, hay que parar en el muy original, curioso y ya bien conocido
Bagdad Café 66 para tomar un café, una infusión o un refresco antes de llegar a
Palmira.
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Bagdad Café 66 |
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en pleno desierto... |
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...con camellos incluidos
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Que uno se queda sin respiración al ver las ruinas de Palmira es decir poco. Es muy complicado describirlo - simplemente hay que verlo. Las ruinas de la antigua ciudad son enormes, ocupan una vasta extensión y se conservan muy bien. Entre ellas destaca el templo de Bel, que era el dios supremo de los habitantes de la ciudad - el dios de los dioses y donde se hacían sacrificios de animales. A pocos metros del templo comienza una gran columnata de 1.200 m de largo y que era el eje de la vieja ciudad, que en sus momentos de esplendor llegó a tener cerca de 200.000 habitantes. A ambos lados de la extensa columnata hay una serie de ruinas como el templo de Nebo, deidad babilónica, el templo funerario, el campamento de Diocleciano, antiguo palacio de la reina Zenobia, el teatro, el ágora donde se realizaban operaciones comerciales y un largo ect.
Toda la zona está dominada por el castillo Qala'at
ibn Maan. Este está rodeado por un foso con un puente peatonal que permite el
acceso a su interior. El mejor momento para subir es por la tarde, antes de la
puesta de sol y desde ahí disfrutar de unas inolvidables vistas, un constante
cambio de colores y sombras de las ruinas de Palmira. Para llegar al castillo a
pie hay que recorrer una empinada senda en zigzag y con el calor no hay que
olvidarse de llevar agua, gafas del sol y una gorra, pero sobre todo de llevar
bien cargadas las baterías de la cámara de fotos y suficiente espacio en las tarjetas
de memoria. Os prometo, que después de subir y bajar el dedo con el que se
aprieta el botón del disparador frenéticamente para no perder detalle del
atardecer, éste se merecerá un buen masajito.
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las ruinas de Palmira vistas desde el castillo Qala'at ibn Maan |
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Tetrapilon |
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castillo Qala'at ibn Maan |
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La Gran Columnata |
Camino de vuelta a Damasco hay que pasar
por la ciudad de Hama. Ahí a las orillas del rio Orontes encontraremos 17
impresionantes norias todavía activas, algunas de ellas con un diámetro de 20m.
que sacaban el agua desde el rio y la subían a través de los acueductos para
ser utilizada por los ciudadanos. Desde Hama hay que desviarse un poco para
llegar a otro de los lugares que no se puede dejar de ver – El Crac de los
Caballeros. Un enorme castillo – fortaleza construido por los cruzados con el
fin de proteger la ruta que unía la ciudad siria de Homs (bajo dominio
musulmán) con Trípoli (Libano) cuyo estado de conservación es extraordinario,
lo que no extraña ya que durante siglo y medio la imponente fortaleza, la mayor
de Tierra Santa, resistió al menos doce
asaltos por parte de los musulmanes, así que unos cuantos de cientos de años en
paz no le ha hecho mucho daño.
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una de las 17 enormes norias de la ciudad de Homs |
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la impresionante fortaleza de Crac de los Caballeros |
Maalula, la última parada
de mi viaje, es un pequeño pueblo cristiano situado al noroeste de Damasco, que
presenta la peculiaridad de poseer la última población que habla auténtico arameo.
Este lugar es interesante por sus casas, pintadas de color arena y azul
plateado que cuelgan de las escarpadas paredes de un acantilado y por el Monasterio
de San Sergio, construido en el siglo IV
sobre las ruinas de un templo pagano y
donde se guarda una interesantísima colección de íconos religiosos de
los siglos XVI al XVIII; entre los que se destacan un bello ícono de la Santa
Virgen María y otro de los mártires Sergio y Bakhos.
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ciuidad de Maalula, el último refugio de la lengua aramea |
Resumiendo: un país muy interesante al
que hay que dedicar al menos una semana (yo recomiendo algún día mas). Es una
autentica mina histórica. Tengo que decir que antes de las revueltas que tienen
lugar en estas fechas, el país transmitía una sensación de absoluta
tranquilidad y seguridad, Sin problema alguno las mujeres se aventuraban a
salir a altas horas de la madrugada. La comida es un poco
monótona y no ofrece mucha variedad. Se puede tomar alcohol en los restaurantes
y bares (eso sí, encontrar una cerveza bien fría es casi imposible excepto en
el pueblo de Maalula pero claro, aquellos por algo son cristianos). De una cosa
podéis estar seguros – volveréis empapados de historia.
P.D.
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maravillosas fotos Tomas. A ver si hay suerte y se pueden volver a hacer. Beso fuerte. Carmen
ResponderEliminargracias por la visita Carmen, y por dejar la constancia.
ResponderEliminarEstoy estudiando historia del arte. Tus fotos me han sido de mucha utilidad. Soy argentina, conozco Israel pero no Siria.
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