miércoles, 30 de noviembre de 2016

Oslo, capital de Noruega

                  Oslo, la capital de Noruega, es la tercera ciudad más grande de Escandinavia, después de Copenhague y Estocolmo. Se estima que en su área urbana vive casi un millón de personas y otro medio millón más en su área metropolitana. Convertida en la capital en el año 1314, perdió su estatus capitalino después de la unión de Noruega con Dinamarca. También cambió su nombre pasando a llamarse Cristiania, después de un gran incendio que arraso la ciudad en el año 1624, recuperándolo el día 1 de enero de 1925. Fundada alrededor de la mitad del siglo XI, empezó a tener importancia a principios del siglo XIV cuando el rey Haakon V decidió establecer ahí su residencia permanente, ordenando construir el castillo Akershus. Varios incendios a lo largo de los siglos destruyeron la ciudad, pero en todas las ocasiones fue reconstruida.

castillo Akerhus

                  Hoy día Oslo es una ciudad que encontró un perfecto equilibrio entre su historia y los tiempos modernos. Podemos encontrar muchos ejemplos de “convivencia” en muy buena harmonía de antiguos edificios con otros más modernos y vanguardistas. No en vano Noruega es famosa mundialmente por sus diseños; arquitectura, interiorismo, diseño gráfico…, hasta elementos de uso diario como utensilios.
                    La situación geográfica condicionan y mucho el estilo de vida de los noruegos. La capital está situada en la cabecera del fiordo del mismo nombre y está rodeada por cerros y montañas. El clima continental húmedo se caracteriza por veranos frescos y temperaturas máximas que entre junio y agosto pueden llegar por encima de los 30ºC. Los inviernos son largos y fríos, aunque éste no suele ser extremo debido a su cercanía al mar Atlántico. La temperatura media es de -7ºC en los meses de enero y febrero. Otro de los factores que condicionan la vida diaria son las horas de la luz diurna, apenas unas 6 horas durante el invierno y días muy largos de hasta 18 horas de sol en verano. No obstante, a los noruegos les encanta estar al aire libre y tanto en verano como en invierno se dedican a multitud de actividades en el exterior que tienen a su alcance. Bicicletas, deportes de invierno en todas sus modalidades, senderismo, deportes náuticos de toda clase, museos al aire libre y parques invitan a salir de casa. Si a todo esto añadimos una excelente red de transporte público y los preciosos paisajes que rodean la ciudad, no es de extrañar que los fines de semana todo Oslo esté en la calle. 

Oslo
Oslo
                    
excelente transpoprte público
                   
principal calle peatonal Karl Johans

                    Durante el invierno, a pocos kilómetros del centro de la ciudad, se encuentra el barrio de Holmennkolen, un área de recreo que cuenta con su famoso trampolín de saltos de esquí. Os animo a subir y experimentar la sensación que sienten los saltadores mirando hacia abajo -la verdad es que impresiona. También se puede visitar un pequeño pero muy logrado museo dedicado a este deporte. Alrededor existen multitud de pistas de esquí de diferentes niveles de dificultad. Estos mismos en verano se convierten en pistas para las bicicletas y el senderismo. Los que no son tan aficionados a éste deporte encuentran multitud de atracciones en la ciudad. Para empezar lo recomendable y casi imprescindible es adquirir Oslo Pass. Este boleto nos proporciona transporte gratuito, entradas a numerosos museos, al mencionado trampolín de saltos y su museo, acceso gratuito a las piscinas públicas, aparcamiento gratuito en los aparcamientos municipales y descuentos para muchas otras atracciones y actividades. 

trampolin de saltos de esqui en Holmennkolen

así se ve desde la posición de saltador

                     En Oslo hay muchos y muy interesantes museos. Cabe destacar la calidad de las instalaciones; todas son impecables. Se necesitan algunos días para poder visitarlos, pero merece la pena. Los “imprescindibles” serian:  El Museo Kon-Tiki, de los Barcos Vikingos, del Pueblo Noruego, de Munch, Museo del Esquí en Holmennkolen, la Galería Nacional y el museo Marítimo Noruego donde se encuentra la nave polar Fram, la más resistente del mundo. Además de estos es de obligada visita el Ayuntamiento de la Ciudad de Oslo, donde se entrega el premio Nobel de la Paz y donde se pueden visitar casi todas las salas que son espectaculares. 

Museo Kon-Tiki, balsa Ra II

balsa Kon - Tiki

famoso explorador y biólogo noruego Thor Heyerdal

Museo de los barcos Vikingos - típico drakkar vikingo

Museo de los barcos Vikingos

Museo Maritimo Noruego - nave polar Fram

Ayuntamiento de Oslo

Auyntamiento de Oslo

gran salón del Ayuntamiento de Oslo

gran salón del Ayuntamiento de Oslo


una de la salas de reuniones en ayuntamiento

se puede visitar todas las salas

salón de plenos

                     Todo esto sin olvidar el increíble parque Vigeland, el más visitado del país, nombrado en honor del famoso escultor noruego Gustav Vigeland. Decenas de preciosas esculturas al aire libre están ahí para contemplar incluido el famoso Monolito, una obra de 17 metros de altura esculpida en un monolito de granito con 121 figuras humanas entrelazadas, obra de un genio. Pero todavía nos queda más atracciones. El castillo y la fortaleza de Akershus que desde una colina domina la ciudad, el Palacio Real con sus guardias a la entrada y donde no se ven ningunas medidas extremas de seguridad, cosa que es de agradecer, Ekebergparken que es otro parque de esculturas de artistas internacionales de renombre. 
                     
Parque Vigeland

Monolito de Vigeland

decenas de esculturas  decoran el parque
                     
Parque Vigeland

Parque Vigeland

Parque Vigeland

Palacio Real

entrada principal al Palacio real


                     Operahuset  (la Ópera de Oslo) es un aparte. Una maravilla diseñada por el estudio de arquitectura noruega Snøhetta, inaugurada en el año 2008. Inspirada en un tempano de hielo emergiendo del mar, esta obra del mármol blanco de Carrara y cristal puede acomodar casi 1.400 espectadores y su escenario principal se encuentra a más de 15 metros bajo del nivel del mar. Éste ha sido el proyecto ganador del Festival Mundial de Arquitectura del año 2008. Da igual desde donde se contemple este magnífico edificio –impresiona. Además, está rodeado por una serie de modernos edificios de un alto valor arquitectónico. El conjunto es espectacular. 

Opera de Oslo...

...ultramoderno edificio

así es el tejado de la opera

de noche...

...espectacular..

...desde cualquier angulo

modernos edificion rodean la opera...

...todavia mas bonitos de noche

                      El centro de la ciudad (el casco antiguo) también es digno de mención. Calles llenas de vida, bares, cafés, restaurantes con comidas de todas las partes del mundo, edificios neoclásicos, todo esto lleno de gente que disfruta de su elevado nivel de vida. La ciudad no es precisamente de las baratas, ni medianamente baratas, ni medianamente caras –es cara. Los lugareños dicen que no es para tanto, probablemente para ellos no. Esto no quiere decir que sea prohibitivo visitar Oslo. Se puede, pero hay que planificar bien y aprovechar algunas de las posibilidades que nos brinda, como el mencionado anteriormente Oslo Pass. Se nota y bastante, la masiva llegada de inmigrantes, pero de momento esto no presenta mayor problema y la seguridad es absoluta. En esto seguramente ayuda la educación de los noruegos. Para ellos la palabra corrupción prácticamente no existe, las leyes se cumplen y se les aplica de igual manera tanto a los locales como a los foráneos que se han establecido o quieren establecerse en el país. Hay que reconocer que para los visitantes  las infraestructuras son buenas, muy buenas. A lo mejor las habitaciones de los hoteles de mediana categoría pueden resultar un poco pequeñas comparándolas con nuestros estándares, pero los establecimientos son limpios, el personal atento y amable y todo funciona bien. Para terminar una curiosidad; en pocos lugares del mundo desarrollado he visto tantos cochecitos con bebes…por algo será.


calle Karl Johans que lleva al Palacio Real
calle Karl Johans


centro de Oslo

¿tigre, en Noruega?

centro de la ciudad

Catedral Luterana del Nuestro Salvador de Oslo

interior de la catedral

retablo barroco de la catedral

Resumiendo: a pesar de que no es un destino barato, merece la pena hacer un esfuerzo para visitar Oslo. Una ciudad muy bonita, muy amigable y cómoda para los visitantes, con multitud de atracciones de toda índole y para todos, desde niños pequeños hasta bisabuelos. Para los más atrevidos –intenten Oslo en invierno, es espectacular.


P.D.

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